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García Cuerva duro con el gobierno en la misa por la peregrinación a Luján
El arzobispo de Buenos Aires dirigió la misa central luego de la 51° peregrinación a Luján este domingo desde las 7. El arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, encabezó la tradicional misa luego de la 51° peregrinación a Luján. Bajo la consigna de la celebración, “Madre, danos amor para caminar con esperanza”, el religioso habló sobre el estado socioeconómico de la Argentina -sin mencionar directamente al Gobierno-, el narcotráfico y la situación de los jubilados y discapacitados. En la previa al comienzo de la peregrinación este sábado, García Cuerva refirió al triple crimen de las tres jóvenes en Florencio Varela, que tiene presuntos vínculos con el narcotráfico. “Creo que es una problemática de toda nuestra Argentina. Sabemos que cuando el Estado se retira de los barrios, lamentablemente la situación se torna muy compleja y avanza lo que llamamos el narco Estado”, indicó en diálogo con Radio Mitre, mientras que consideró que esto ocurre cuando “el Estado se retira de los barrios”.“Hay muchos hermanos en nuestro país que ya no tienen fuerza para seguir, que no encuentran sentido al camino de sus vidas y han detenido su marcha. Les pesa demasiado la pobreza, las consecuencias del narco, las enfermedades, la soledad. Por ellos también peregrinamos, los traemos en la mochila del alma, porque no queremos ser un pueblo indiferente ante tanto dolor ni tampoco dejarnos ganar por la impotencia del ‘no se puede’”, marcó. Y añadió: “Caminamos por los que no dan más, por nuestros abuelos, por nuestros adolescentes atravesados por la droga y el alcohol, por los que perdieron un ser querido víctima de la violencia, por los pobres, por los niños, por los discapacitados, por las familias, por los que buscan trabajo, por nuestros sueños e ideales. En definitiva, caminamos por nuestra patria”. El evento, que comenzó este sábado, contó con la participación de miles de feligreses que peregrinaron desde la Iglesia de San Cayetano, ubicada en el barrio porteño de Liniers, hasta llegar a la Basílica de Luján. "Llegamos aquí con nuestras cruces personales, con dolores, con tristezas, cargando fracasos y broncas. Con su mirada, la Virgen nos dice que nos ama, que para ella todos somos importantes. No abandonamos el sueño de construir un país más justo y más fraterno".